miércoles, 19 de agosto de 2009

De vecinos y otras especies

En las pocas ocasiones en que la televisión española no emite programas de cotilla, noticias, anuncios interminables de mamawevadas para el móvil, televentas y series americanas dobladas al español, existen ciertos programas españoles bastante entretenidos. Aida,Cámara Café, Escenas de Matrimonio, Buenafuente, El Hormiguero o uno en especial que he empezado a ver estos días, llamado "La que se Avecina".

Este último es una serie que ha logrado sacarme más de una carcajada con las exageradas situaciones de una comunidad de vecinos que residen en un edificio. Las historias son ficticias, o eso pensaba yo hasta que he pasado un mes en un bajo (apartamento de planta baja) de un pequeño edificio en Aranjuez.

Debo señalar que dicho apartamento da hacia un patio interior que es de uso común del edificio, ya que las puertas y ventanas de los otros bajos dan al mismo patio. En donde estoy, se disfruta de una pequeña área cerrada donde está el control del gas y es el hueco donde estan los tendederos de los apartamentos de pisos superiores, cabe decir que ahi colgamos nosotras la ropa también, vamos, que en el patio común no vamos a poner la ropa a secar digo yo.

En fin, en este espacio de tiempo he llegado a clasificar y conocer los ingredientes que componen este sancocho humano que en España llaman "Comunidad de Vecinos". Digo sancocho porque estámos en verano y, vamos, que con este calor uno queda como una sopa, además claro que todos los episodios diarios se resumen al patio común que hace de olla. Encima con el eco y que todos hablan como si estuvieran en un campo de fútbol, es imposible no enterarse de todo.

El Agua
Empezamos por el agua pal' caldo, que la pone la piba que limpia el edificio... a punta de manguera. Pisos, paredes, puertas y persianas son las víctimas de una chorro de agua matutino que no cesa al menos hasta mediodía. Para esta mujer no hay bayeta ni fregona que valga, agua a chorros pa' todo (luego hablamos de que hay que ahorrar agua). No existe cosa que la detenga, a ver, que si dejas la ventana abierta te inunda el apartamento y dios libre a tu ropa de haberla dejado en un tendedero portátil en el patio, que si está en su camino la piba le dará un segundo remojón a la ropa sin miramientos.

Nosotras también hemos sido víctimas de la señora de la manguera, porque limpia el área privada de los tendederos y el gas del mismo modo, y le vale madres la ropa ahí colgada.

Polvos de sabor
La sal y los polvos saborizantes los pone el piso en reforma que tenemos al lado. Está en obras desde seis meses al menos, la causa es la crisis y que los obreros no vienen todos los días, pero cuando vienen... agárrese, que llegan al despuntar el alba para aturdir a todo el edificio. Sierras eléctricas, mandarrias (martillos grandotes para derribar paredes), lijas, martillos y cuanto objeto que haga bastante ruido son sus herramientas favoritas, además claro de dejar a todos los apartamentos bajos perdidos de tierra y polvo. ¿Que usted trabaja de noche y le molesta el ruido? pues se jode o se cambia al turno de día, porque no le van a dejar dormir.

Verduras
Entre las verduras e ingredientes secundarios tenemos a dos vecinas del segundo piso que no se enteran de lo que es un tinte, la fecha en que estamos, ni lo que es un "área común" de un edificio.
Una de ellas jura que estamos en la era medieval y que el edificio es un castillo... ¿Un castillo? Claro que si, por los tapices que cuelga desde el muro del pasillo de su piso hasta el patio común, solo le faltan los escudos, armaduras y espadas, pero eso no viene a tema, la cosa es que esta mujer lava sus alfombras persas enormes en el patio común, a punta de cepillo, jabón, amoniaco y agua, para luego colgarlas desde el segundo piso chorreando agua como si de tapices con incontinencia se trataran. Pobre del desprevenido que atraviese el patio sin percatarse del tapiz persa, que le espera un remojón de agua sucia, amoniaco y jabón.

Algo como esto pero sin turistas, con alfombras horteras y dentro de un edificio

La segunda vecina es otra que no se entera que las áreas comunes del edificio no son la ribera de un río para lavar, pero esta no limpia sus alfombras sino las camas de sus mascotas, dejando todo apestoso a perro mojado mezclado con amoniaco, el suelo lleno de pelos y agua sucia (y dale con el agua!).

Ojo, nota importante: estas actividades deben comenzar a las 7 de la mañana, coordinando los días con los obreros de la reforma, ya sabe, para que la pobre alma que trabaja de noche tampoco duerma cuando no hay obras.

Especias
En el primer piso tenemos a las especias, estas le ponen el toque que falta a la sopa antes del ingrediente principal. Parte de las especias las ponen unas suramericanas con hijos llorones y maridos sinvergüenzas. A estas les encanta la hierbabuena, pero no de a poco sino de a macetas.. de a macetazos y dirigidas a la cabeza del marido sinvergüenza mientras los hijos chillan a todo pulmón. Si la maceta cae al patio no hay problema, total la maceta no es suya, sino de la otra vecina que vendrá a recogerla tres días después. Están sordas, ya que la tele está siempre a toda pastilla y su apartamento debe ser enooorme, ya que hablan a gritos.

Almacen de proyectiles

La otra vecina (dueña de la maceta de hierbabuena) pone la especia "Viejica", comunmente conocida como "Vieja quejica", esta señora no tiene otro oficio que quejarse de todo y de todos, mientras ella hace tanto o más ruido que el resto. "Que no se puede fumar en el patio", "Los niños no pueden jugar en el patio", "No se pueden poner macetas en el patio", "Que no puedo leer por las risas vuestras", "Que como sigan hablando con la ventana abierta llamo a la guardia civil" y una larga lista de quejas similares, pero vamos, que a la loca de las alfombras no le dice ni mu.

Lo irónico es que esta señora se queja del ruido a las 7 de la tarde y es de las que se las tira de religiosa, pone la tele con el home cinema a toda pastilla los domingos a las 9 de la mañana, pero no con un programa interesante no no, es la misa del canal religioso y que todo el mundo escuche las prédicas a ver si se salvan sus pobres almas del pecado descubriendo la fe verdadera. También mueve todos los muebles de su casa a las 6 de la mañana (mientras mas pesado y haga más ruido arrastrándolo, mejor) usando tacones, echa un polvo con el marido a mediodía pegando berridos en la ventana y así todo dios se entera del semental que tiene en casa y arruinarle la comida a mas de uno. Pero vamos, que tres pendejas riédose mientras ven una peli a las 7 de la tarde no la dejan leer... hay que joderse.

¡QUE NO ME DEJAN LEER EL SALMO SESENTAY NUEVEEEE!!!

La Calne mi arma!
Llegamos entonces al ingrediente principal: la alemanita. No le llamo así porque sea alemana, sino por su adicción a las salchichas de polla... ehem, digo... de pollo. Este especimen femenino de raza gitana es de hábitos nocturnos (especialmente de madrugada), horas en las que destaca su peculiar lenguaje: a grito pelao; sus dos pequeñas crias se comunican del mismo modo, por todo lloran, se quejan y chillan como si les estuvieran arrancando la piel.
Mas o menos así habla
Cuando no son las crias llorando, es la madre gritando, amenazando con matar a alguien, hablando por el móvil a toda la capacidad de sus pulmones y cuerdas vocales, o llorando. Esta última acción tiene el efecto inmediato de hacer aparecer a algun macho de la especie que, acto seguido, cambia los lamentos de la mujer por unos gemidos que se escuchan hasta sebastopol. Nos diran marujas, pero es que debido al horario y la cantidad de ruido que generan sus actividades, es imposible no enterarse así uno no quiera.

En fin, que a veces hemos llegado a pensar que esto es una vecindad digna de la tele, lo que se vive ya da risa por lo surrealista de cada situación. Pero ya tenemos algunos planes en mente:

-A la de las alfombras, pues se le abre un pequeño orificio a la tapa de un bote de lejía y con dicho líquido se escribe en la alfombra la palabra "PUTAAAA" a ver si va a seguir colgando su tapiz.

-A la de la cestas de los perros, con rociarlas con gas pimienta tenemos, los perros mas nunca se le acercan a la cesta y ya no tendrá porque lavarlas.

-Con las suramericanas no nos metemos porque esas pibas son capaces de lanzarnos una maceta, ademas ayudan a poner de los nervios a la frígida de la misa dominguera.

-A la frígida con joderle la vida viendo que jode películas y morirnos de risa tenemos, eso le carcome por dentro, que otro sea mas feliz que ella y por eso llamará a la policía. Que cuando vengan las autoridades a ver que pasa con tres pibas que se mueren de risa a las 8 de la tardecon una peli, le mostramos la gran fiesta que tenemos en casa y quiza le invitamos un tinto de verano al poli.

-Y a la alemanita mejor no meterse y llamar a la guardia civil cuando se ponga loca, que esa es otra de armas tomar.

En fin llegamos a la conclusión de que no importa lo que uno haga, siempre habrá alguien que jode, se queje y grite, y que no importa en que turno trabajes, siempre habrá algun bestia rebuznante que no te deje dormir a ninguna hora.

1 comentario:

Anónimo dijo...

demasiado bueno, tienes para escribir un libro que diga la vencidad, casi como la del chavo del 8 jajajaja.