Después de mucho años sin escribir por aquí hemos vuelto gracias a los clientes en el mundo del diseño, redes sociales y web. Si es que esto es cuentos infinitos con los niveles de genialidad con los que tengo que lidiar todos los dias
Caso 1:
El cliente pide un cartel para un evento en un hotel, se hacen las consultas de rigor: contenidos, logotipos presentes, colores, etc. (cabe acotar que la conversación fue vía whatsapp) Llega la pregunta del millón:
Yo: ¿Cuáles son las medidas que necesitas? ¿A3? ¿A4? Necesito el tamaño exacto ya que hay que adaptar el contenido
Cliente: "En el hotel tienen un corcho grandísimo para ponerlo"
Lo peor es que ahí no acaba la cosa... Luego de discernir las medidas "corcho grandísimo", pide también el cartel en la medida A3. Perfecto, cero problema, se adapta el cartel a la segunda medida y se empaquetan todos los archivos y se le envían.
Debo decir que siempre pongo nombres claros a los archivos, no hay manera que no sepas que hay en cada uno. También envío distintos formatos, tanto imagen como vectorial, para que lo puedan imprimir sin problema desde cualquier ordenador y con el programa que tengan, ya que no todo el mundo maneja o tiene programas de diseño. Entonces le envío 6 archivos para dos... DOS carteles (corcho grandisimo y el A3) en 3 formatos: EPS, TIFF y JPG.
Toda esta explicación fue adjuntada con los archivos, tanto por el correo electrónico como por whatsapp.
Pasa un rato y el cliente envía este pantallazo:
Es decir, el cliente ve ESTO:
Puede que yo esté loca, o que por costumbre lo veo claro, pero ahí hay dos cosas en 3 diferentes formatos ¡Y se lo expliqué cuando lo envié!
Pues junto a ese pantallazo, pregunta:
Cliente: "¿Cuál es el cartel de las medidas que te pedi grande?"
Renuncio...
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